Objetivo 2030: Hacia una economía circular

El pasado mes de junio se publicó la Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030 con el objetivo de impulsar un modelo económico más sostenible, una producción de bienes y servicios que reduzca el consumo y el desperdicio de materias primas, agua y fuentes de energía.

Objetivo 2030: Hacia una economía circular

El actual sistema económico se basa en un modelo lineal, en el que prevalece la obtención de recursos de forma barata, con los cuales fabricamos productos que usamos durante un tiempo y desechamos, muchas veces, antes de finalizar su vida útil. Este modelo está llevando a nuestro planeta al límite de su capacidad física, debido a la extracción intensiva de recursos naturales, los cuales no se regeneran a la misma velocidad con la que son extraídos. Esto tiene graves consecuencias, que van desde la contaminación de nuestro entorno hasta la destrucción y fragmentación de ecosistemas, pasando por el agotamiento de las reservas de ciertas materias primas y la generación descontrolada de residuos, los cuales agravan la crisis climática en la que estamos inmersos.

Para sentar las bases de una solución a largo plazo, el pasado mes de junio se publicó la Estrategia Española de Economía Circular, España Circular 2030, con el objetivo de impulsar un modelo de producción que mantenga el valor de los materiales y recursos el mayor tiempo posible dentro de la economía y reducir al mínimo la generación de residuos. Esta Estrategia se marca seis objetivos a cumplir para el año 2030:

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Objetivos de la Estrategia para el año 2030. Fuente: España Circular 2030. Gobierno de España

  • Reducir en un 30% el consumo nacional de materiales en relación con el PIB respecto el año 2010.
  • Reducir un 15% la generación de residuos en comparación con el 2010.
  • Reducir la generación de residuos alimentarios: un 50% a nivel de hogar y consumo minorista, y un 20% en las cadenas de producción y suministro.
  • Incrementar la reutilización y preparación para la reutilización hasta llegar al 10 % de los residuos municipales generados.
  • Mejorar un 10% la eficiencia en el uso del agua.
  • Reducir la emisión de gases de efecto invernadero hasta situarla por debajo de los 10 millones de toneladas de CO2 equivalente.

 

La Estrategia se centra en una serie de ejes de actuación, entre los cuales se encuentran:

  • Producción: diseñar y fabricar teniendo en cuenta la fácil reparación y reciclaje, la expansión de la vida útil de los productos y la reducción en la generación de residuos y en el uso de sustancias nocivas.
  • Consumo: promocionar un modelo de consumo más responsable que priorice el acceso a servicios antes que el acceso a productos, para fomentar un reciclaje de calidad.
  • Gestión de residuos: aumentar la tasa de reciclaje, actualmente situada en el 37,1% de los residuos generados.
  • Materias primas secundarias: crear confianza en los consumidores en la reutilización de materias primas secundarias.
  • Reutilización y depuración de agua: eje singularizado debido a la especial incidencia del agua en le economía española.

Además, se incorporan líneas de actuación en materia de sensibilización y participación, investigación e innovación y empleo y formación.

A pesar de tratarse de un plan de carácter transversal, se realiza una planificación y seguimiento especial de sectores económicos estratégicos, como la construcción, el sector agroalimentario, la industria en general, los bienes de consumo, el turismo y el textil. Por lo que se refiere a la construcción, su importancia económica en nuestro país, así como la gran cantidad de recursos utilizados, residuos generados y emisiones de CO2, la sitúan como una de las actividades clave en la contribución a la economía circular. Una gestión adecuada de los residuos de la construcción y demolición, que actualmente suponen entre un 25 y un 30% del total de residuos generados en la Unión Europea, puede suponer grandes beneficios tanto medioambientales como económicos, incrementando la oferta de materiales reciclados o reutilizados y evitando el impacto derivado de la extracción y procesado de materias primeras.

En este sentido y a nivel normativo, la Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo 2018/851/UE que revisa la Directiva marco de residuos, insta a los estados miembros a promover medidas de demolición selectiva con el objetivo de permitir la retirada y el manejo seguro de sustancias peligrosas y facilitar la reutilización y reciclado de alta calidad mediante la retirada selectiva de los materiales, así como para garantizar el establecimiento de sistemas de clasificación de residuos como madera, fracciones de minerales (hormigón, ladrillos, azulejos, cerámica y piedra), metales, vidrio, plástico y yeso. En España, el primer paso ha consistido en la incorporación del concepto de separación selectiva en el Plan de Contratación Pública Ecológica en el diseño, construcción y demolición de edificios de oficinas, y se prevé su incorporación en la futura Ley de residuos. Este Plan de Contratación Pública Ecológica propone una auditoría previa a la demolición con el fin de determinar los materiales que se puedan reutilizar, reciclar o recuperar y que permita valorizar al menos el 70% de los residuos generados, incluyendo madera, vidrio, metal, ladrillos, piedras, materiales de cerámica y hormigón, así como equipamiento y elementos no estructurales como puertas, suelos, paneles de yeso, perfiles de plástico, aislamientos, marcos de ventana o barras de acero, entre otros.

 Desde la Estrategia Española de Economía Circular se hace especial énfasis en la implementación del uso de la metodología BIM (Building Information Modeling) en el análisis del ciclo de vida de las edificaciones, con el objetivo de calcular la sostenibilidad de estas, incluida su rehabilitación, para contribuir así a la mitigación del cambio climático y de los impactos ambientales de estas.

 Para la evaluación de los avances hacia la economía circular, es clave el establecimiento de mecanismos e indicadores que reflejen las tendencias relativas a la preservación del valor económico de los productos, materiales y recursos, a la cantidad de residuos generados o a la emisión de gases de efecto invernadero. En España, se aplicará el marco regulatorio referente a la Comunicación COM (2018) 29 publicada por la Comisión Europea en 2018, que establece un marco de seguimiento y valoración de las medidas aplicadas. Este marco de seguimiento se basa en diez indicadores clave agrupados en cuatro aspectos de la economía circular.

Producción y consumo

  • Autosuficiencia en materias primas: este indicador muestra el grado de dependencia respecto a mercados externos en relación con el suministro de materias primas, especialmente las consideradas críticas por la posibilidad de provocar una debilidad estructural en la economía europea.
  • Contratación Pública Ecológica: el prescriptor y el consumidor son claves por su capacidad de decisión en la compra, condicionando el modelo productivo hacia productos sostenibles y circulares.
  • Generación de residuos: la jerarquía de residuos prioriza reducir la generación de los mismos, alargando la vida útil de los productos y manteniendo el valor de los materiales el mayor tiempo posible.
  • Residuos alimentarios: la limitación de la generación de residuos procedentes de la alimentación puede promover la reducción de la sobre explotación de los recursos utilizados para la producción de alimentos.

 Generación de residuos

  •  Tasas globales de reciclaje: la preparación para la reutilización y el reciclaje suponen un yacimiento secundario que evita la sobreexplotación de los actuales recursos.
  •  Tasas de reciclado específicas: distinción por tipología de material o residuo para obtener datos de aquellos materiales más reciclables o con más presencia en el mercado.

 Materias primas secundarias

  • Contribución de los materiales reciclados a la demanda de materias primas: introducción de los materiales reciclados a los mercados para incentivar su uso.
  • Materias primas reciclables: comercio de importación y exportación de materias primas reciclables.

 Competitividad e innovación

  •  Inversión privada, empleo y valor añadido bruto: valoración de la transcendencia de la economía circular y orientación de medidas para afianzar las políticas al respecto.
  •  Patentes relacionadas con la gestión de residuos: investigación aplicada a la viabilidad en la utilización de materias primas recicladas.

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Entre los beneficios que ofrece la economía circular, destaca también su contribución a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero. Es por ello, por lo que los planes de acción trienales derivados de la Estrategia Española de Economía Circular incorporarán la contribución a la reducción de emisiones de GEI de las líneas de actuación correspondientes. A nivel empresarial, la Economía Circular presenta numerosos beneficios como mayor seguridad en la cadena de suministro, nuevas líneas de negocio y servicios, reducción en la necesidad de adquisición de materias primas, un reaprovechamiento de los residuos generados y un menor coste de gestión de estos.

Los escenarios y proyecciones realizados indican que de aquí a 2030 la Economía Circular puede generar un beneficio de 1,8 billones de euros en el conjunto de la Unión Europea, lo que supone 0,9 billones más que el actual modelo de economía lineal.

La incorporación de la Economía Circular en el sector de la construcción español, actualmente viene marcada por serias barreras normativas, pero también por grandes oportunidades. La carga burocrática y la dificultad normativa en el uso de materias primas secundarias conlleva, que el modelo de “servicio” frente al de “propiedad” no se perciba como más ventajoso y que los productos reciclados no se consideren más económicos frente productos nuevos. Los costes ambientales en el uso de recursos naturales no están considerados, y por lo tanto contaminar todavía sale a cuenta.

Gracias a esta estrategia España Circular 2030, con la que se implementarán medidas que penalicen o beneficien a quien toma la decisión en cada etapa del edificio en función de su responsabilidad en el consumo de recursos, junto con la capacidad de la industria española de transformarse, el cambio hacia una Economía circular en nuestro país está cada vez está más cerca.